Regulación en materia de finanzas sostenibles. Novedades noviembre de 2020.

María Molina Martín

Marco internacional

El mes de noviembre nos deja una importante y gran noticia, teniendo en cuenta la necesidad de que el reto climático se asuma de manera global, y es que EEUU y China se sumen al compromiso de las emisiones netas para 2050 y 2060 respectivamente.

También destaca la publicación del informe del Financial Stability Board (FSC) sobre implicaciones del cambio climático en la estabilidad financiera, que destaca que los riesgos relacionados con el clima podrían dar lugar a aumentos de las primas de riesgo de distintos activos y plantea la necesidad de valorar la adecuación de instrumentos macroprudenciales para contribuir a la resiliencia del sistema financiero.

Finalmente, destacamos un mensaje de Ban Ki-moon del pasado 16 de noviembre que tenemos una oportunidad en la recuperación económica de COVID-19 para fomentar el liderazgo y el apoyo de las empresas, ciudades, regiones e inversores para crear un futuro saludable, resistente y sin emisiones.

Marco comunitario

En el ámbito comunitario las principales novedades giran en torno a las obligaciones de transparencia y divulgación.

Comenzaba noviembre con la noticia de que la Comisión Europea habría remitido una  carta a las ESAs (autoridades europeas de supervisión) sobre el retraso de las normas técnicas de regulación (RTS, por sus siglas en inglés) del Reglamento (UE) 2019/2088 sobre las divulgaciones relacionadas con la sostenibilidad en el sector de servicios financieros (reglamento de divulgación). Estaba previsto que los RTS estuviesen listos a finales de 2020 para poder cumplir con el plazo de aplicación del Reglamento (10 de marzo de 2021). Sin embargo, se considera oportuno que los participantes del mercado y asesores financieros cumplan con los principios generales del Reglamento a partir de la fecha prevista con independencia del desarrollo, de manera que deberán incorporar información en tres áreas:

1º la integración de los riesgos de sostenibilidad en sus procesos;

2º información sobre los productos que promueven objetivos ambientales, sociales o inversiones sostenibles;

3º incidencias adversas sobre factores de sostenibilidad.

Por otro lado, se destacan las negociaciones entre el gobierno británico y los reguladores europeos, y la publicación de la hoja de ruta para la implementación de gran parte de los requisitos obligatorios de divulgación conforme al Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD) en 2023 y el cumplimiento completo para 2025.

Finalmente, se destaca la publicación de la guía del Banco Central Europeo sobre riesgos ambientales y relacionados con el clima. En ella, el supervisor establece que las entidades realizarán una autoevaluación de estos riesgos y elaborarán planes de acción durante 2021 y el BCE llevará a cabo una revisión de las prácticas bancarias en 2022. El BCE también publicaba el 27 de noviembre un informe en el que apuntaba que los bancos deben hacer mayores esfuerzos para respaldar mejor sus declaraciones de divulgación con información cuantitativa y cualitativa relevante.

Marco nacional

A finales del mes pasado se publicaba el informe anual de Spainsif sobre inversión socialmente responsable (ISR), “La inversión sostenible y responsable en España”, que refleja un importante aumento de las inversiones sostenibles en 2019 con respecto a 2018 (36%). Los avances de la tendencia en 2020 y a raíz de la crisis del COVID 19, muestran un nuevo impulso en las inversiones con criterios ASG.

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