videojuegos; derechos de autor

Conciertos en Fornite y moda en Animal Crossing ¿necesito una licencia?

La industria de los videojuegos evoluciona y se consolida año tras año de forma vertiginosa, gracias al avance tecnológico, a la extensión del perfil del jugador y a las crecientes funciones sociales y de interacción que ya no es extraño encontrar integradas en nuestras consolas y dispositivos. Hoy en día es difícil encontrar alguna persona, con independencia de su género o edad, que no juegue algún tipo de videojuego, ya sea a través de una PlayStation, Xbox o, incluso, desde su teléfono móvil. Es indiscutible pues que los videojuegos se han normalizado en nuestra sociedad como un producto cultural, con unas comunidades cada vez más boyantes, que se relacionan tanto en el mundo virtual (videojuegos en línea, foros o chats) como en el no virtual (festivales, exposiciones o competiciones de eSports).

Un claro ejemplo de lo anterior lo veíamos hace unas semanas en el conocido juego Fortnite, en donde el rapero Travis Scott congregaba a unos 27,7 millones de jugadores en su concierto en live streaming Astronomical.

En el marco de estos conciertos en live streaming, es importante destacar la necesidad por parte de los organizadores de contar con todas aquellas licencias en materia de derechos de imagen y propiedad intelectual e industrial que puedan ser necesarias para la realización del evento. Pues en supuestos como el presente será imprescindible recabar una licencia no sólo para la reproducción y comunicación pública de la interpretación del artista, sino además, para la reproducción y comunicación pública de la composición musical interpretada por éste, que podrá ser o no de su titularidad. Una cuestión de especial relevancia, ya que la licencia para utilizar la composición musical nos la podrá otorgar el propio artista junto con la de su interpretación, si es éste y no una editorial o discográfica quien gestiona estos derechos.

Por su parte, otro punto del concierto online de Travis Scott sobre el que debemos hacer hincapié es el hecho de que Epic Games le diseñó una skin especial para su personaje, a la par que puso a disposición de los usuarios skins relacionadas con el evento. El término skin hace referencia a la apariencia, la vestimenta o las armas de un personaje que, además de ser muy comunes en juegos como Fornite, League of Legends o Minecraft, son fundamentales para permitir a los jugadores diferenciarse en una comunidad por lo general homogénea. A este respecto, hay tener presente que se ofertan diversos tipos de skins y según el juego hay diferentes métodos para conseguirlas, pues, si bien algunos videojuegos permiten su obtención mediante la consecución de desafíos o pruebas, otros basan su modelo de negocio en la monetización de estos elementos, llegando incluso a ser una de sus mayores fuentes de ingresos indirectos.

Por lo que también será esencial contar con los derechos de imagen del artista si se utilizan rasgos de su apariencia física para caracterizar a un personaje en el videojuego o, en su caso, con sus derechos de propiedad industrial si se utiliza su marca para la creación de skins para los jugadores. Ya que en el mundo de los videojuegos es muy habitual la utilización de la imagen o los contenidos protegidos de terceros, con la finalidad, entre otros, de distinguir el producto en el mercado, otorgarle más realismo al juego o atraer a una audiencia mayor a través del uso de marcas, creaciones, diseños o personalidades reconocidas.

Así pues, no hay duda de que es imprescindible que el creador del videojuego cuente con todas las licencias necesarias para la libre y pacífica explotación de este último, con el fin de evitar posibles conflictos o disputas judiciales con terceros, como por ejemplo, la demanda interpuesta a principios de abril por Selena Gómez, a través de la cual la cantante solicita 10 millones de dólares en concepto de indemnización por daños y perjuicios por el uso no autorizado de su imagen en el juego Clothes Forever – Styling Game.

Dicho lo anterior, debe señalarse que el alcance de la responsabilidad del creador del videojuego en materia de licencias parece difuminarse, aunque no eliminarse, cuando son los propios usuarios lo que incorporan el contenido protegido sin autorización.

Esto lo vemos en videojuegos como Animal Crossing: New Horizons, última entrega de Nintendo, en donde los usuarios participan en una simulación de vida a tiempo real en la que pueden elaborar contenidos mediante pixel art y así personalizar, entre otros, su vestimenta y accesorios. Una función que ha permitido a miles de jugadores dar rienda suelta a su creatividad y, en algunos casos, reproducir diseños de marcas tan conocidas como Supreme, Gucci o Nike para que sus personajes puedan utilizarlos en el mundo digital. Una práctica que en principio requeriría de una licencia por parte de los titulares de estos derechos, pero que en la realidad se ha materializado en una oportunidad para que distintas empresas de moda puedan promocionar sus productos dentro del mundo virtual que ofrece Animal Crossing. Así, marcas como 100 Thieves o Highsnobiety han aprovechado la situación y han lanzado sus propias prendas pixeladas para que los usuarios puedan utilizarlas libremente.

Pero ¿son lícitas estas prácticas efectuadas por los usuarios si no se cuenta con una licencia?

En el ámbito de la propiedad intelectual es necesario hacer mención a la Sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 12 de septiembre de 2019 (asunto C‑683/17), que afirma que una prenda de vestir, salvo que cumpla con los necesarios requisitos de originalidad, no tiene la consideración de obra. Por tanto, las prendas de vestir no originales únicamente podrán ser protegidas a través del amparo conferido por el diseño industrial.

Si nos centramos en el ámbito de la propiedad industrial, hay que tener presente que las normas sobre derechos industriales y marcas tienen como fin último impedir conductas infractoras que se realizan en el tráfico económico[1]. Por lo que no parece que las prácticas llevadas a cabo por los usuarios de Animal Crossing, al enmarcarse en un ámbito no comercial y en una esfera privada, puedan suponer una infracción en materia de derecho industrial. Máxime, en el caso de las marcas, cuando es discutible que esta utilización impida garantizar la función de origen del signo distintivo y, por tanto, pueda suponer algún posible riesgo de confusión en e l público.

[1] Véase a este respecto los artículos 34.1 y 2 de la Ley 17/2001, de 7 de diciembre, de Marcas y el artículo a) de la Ley 20/2003, de 7 de julio, de Protección Jurídica del Diseño Industrial. 

 

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